A diferencia de sus antecesores Fabius, era un hombre menos impetuoso y más calculador, reconocía la brillantez estratégica de Aníbal y que el impulso de su campaña estaba en su mejor momento. Después de Trebia la cantidad de soldados de los que disponía Roma para continuar luchando era limitada y otra confrontación hubiera supuesto muy probablemente la derrota definitiva. Decidió no luchar contra Aníbal pero sí disponer de tropas que lo mantuvieran a distancia de la capital, asegurándose también de ir entorpeciendo su acceso a los suministros necesarios para mantener a su ejercito en Italia.
Las Tácticas Fabianas como más tarde fueron conocidas, resultaron ser efectivas pero muy impopulares entre la población que deseaba dar pronto final al conflicto y expulsar al invasor. La ecuanimidad de Fabius fue tan poco apreciada, que su periodo dictatorial ya no fue renovado por el senado y como los nuevos cónsules de Roma resultaron elegidos Gaius Terentius Varron y Lucius Aemilius Paullus. Es de suponer que su plataforma política fue la de aniquilar a Aníbal y limpiar la deshonra por la que la república romana había pasado ante los ojos de la historia... Es curioso ver como a través de la historia los políticos han aprovechado las crisis para convertirlas en oportunidades.
Y esa oportunidad llegó en la primavera del año 216 a.C. en la ciudad de Cannas; aprovechando el asalto que Aníbal había hecho a un depósito de suministros en las cercanías, los nuevos cónsules marcharon en búsqueda del cartaginés. No es posible saber si Roma provocó que Aníbal se trasladara a Cannas, pero juzgaron que el campo de batalla para este tercer encuentro era inmejorable, en esta ocasión estaban situados en un amplio campo en donde no tendría oportunidad la caballería rival para esconderse y mejor aún, en esta ocasión la posición de un río cercano (el Aufidus) era tal que los romanos tenían la opción de forzar a Aníbal a maniobrar con él a su retaguardia.
Esta vez Roma estaba determinada a acabar de una vez por todas con Aníbal (después de todo este era el más importante obstáculo para ganar la guerra con Cartágo) y no hubo previsión que en esta batalla no se tomara. En esta ocasión se reunió el ejército más grande que hasta entonces se haya visto en Roma, 16 legiones (un total de aproximadamente 80,000 hombres) contra la mitad de los ejércitos de Aníbal.
A lo largo de la historia de Roma, la disposición de sus ejércitos en el campo de batalla ha evolucionado hasta alcanzar un grado de perfección que hasta nuestros días es causa de admiración; esto ha sido primordialmente el resultado de guerras que inicialmente tuvieron que librar contra ejércitos más numerosos pero menos organizados. Como lo había explicado en anteriores posts, la infantería siempre se veía acompañanada de la caballería a sus flancos pero esta se disponía principalmente en tres líneas que cuando llegado el momento de la lucha cuerpo a cuerpo, se intercambiaban en cortos periodos de tiempo con el fín de siempre tener soldados "frescos" y descansados al frente de la formación.
Una vez iniciada la batalla los centuriones (que comandaban a las legiones) hacían una señal o dejaban sonar un silbato que indicaba que los soldados de más al frente (y que recibian el impacto directo del enemigo) debían ceder su lugar a aquellos que se encontraban detrás y así buscar algo de agua y descanso hasta que fueran llamados de nuevo al frente. Adicionalmente los soldados que se encontraban en la segunda línea ocasionalmente apoyaban a sus compañeros en el frente y protegían con sus largos escudos en caso de que los enemigos se abalanzaran contra la formación; tomando como base la formación de falange griega, el despliegue de la legión romana era compacto y la unión entre sus miembros era lo que le daba su fuerza e inpenetrabilidad. Si bien los romanos no se caracterizaron por ser grandes comerciantes como los fenicios o pensadores como los griegos, se convirtieron en una de las civilizaciones más importantes de la historia occidental por la capacidad de entender la guerra desde un punto de vista científico.
Sin embargo sólo alguien como Aníbal pudo ver la debilidad en la característica formación romana, he aquí como las tropas se dispusieron el día de la batalla de Cannas:
Como parte de su estrategia para la batalla, Aníbal no dudó en mandar a su caballería (mucho más numerosa y calificada) desde el principio. Aquella conformada por hispanos y galos despachó rápidamente a la del flanco derecho romano, mientras que la númida (antigua tribu africana) contuvo a la situada a su flanco izquierdo.
La línea punteada en azul descrita en la imágen, corresponde al movimiento de la caballería gala e hispana; una vez venciendo a la caballería romana, rodeó a la infanteria hasta llegar a donde se encontraban los númidas dejandola finalmente fuera de combate.
Imagino el desagrado con el que los generales romanos contemplaron este hecho, sin embargo era tál la superioridad numérica de su infantería que no fue motivo de suficiente preocupación pensando que la batalla se pudiera inclinar a favor de Aníbal.
Si comparamos las formaciones de ambos ejércitos, la de Aníbal pareciera bastante más "fágil" que la muralla romana. Era evidente que su línea no hubiera podido hacer frente al enemigo en una confrontación directa y más aún ante la diferencia en el número de efectivos en ambos bandos.
Esta supuesta fragilidad era en realidad flexibilidad que dió a conocer a esta formación como la táctica de Cannas.
Fuente Wikipedia
Fue precisamente la confianza de los romanos en su superiordad numérica la que los invitó a avanzar sobre la formación de Aníbal, conforme estas tomaban terreno, las líneas carteginesas iban retrocediendo cada vez más hasta que la disposición de los ejercitos llegó a encontrarse como lo muestra la siguiente imágen:
Aunque retrocedía, la línea de Aníbal nunca se rompio sino que se fue flexionando poco a poco al grado de contener, como si de una vasija se tratáse, al ejército romano. Llegó el punto en donde las líneas romanas se encontraban tan apretadas dentro de la trampa, que no era posible para los soldados desenvainar sus espadas y menos protegerse con sus escudos. Únicamente aquellos en el frente erán capaces de ofrecer algún tipo de pelea pero sus compañeros en la retaguardia más que prestar valiosa ayuda, se convirtieron en mortal obstáculo que impedía la retirada. Aníbal había encontrado la manera de volver a la famosa formación romana en su contra. Las caballerías hispanas, galas y númidas restantes se encargaron de cerrar la vasija que se había formado, aniquilando a todo lo que había quedado dentro de ella.
Aproximadamente 70,000 soldados romanos murieron ese día, siendo una de las derrotas más catastróficas de Roma y por mucho la más significativa. Cannas representa el ejemplo histórico de la estrategia sobre la fuerza que ha sido el modelo a seguir por otros generales a través de la historia...
Pocos personajes en la historia pudieron haber definido tanto nuestro presente como en el caso de Aníbal Barca. Después de la derrota en Cannas, el paso lógico del cartaginés hubiera sido marchar sobre Roma, tomarla y quizás acabar con ella; el mundo occidental es lo que es hoy debido a este hecho no sucedió. Muchos años después de Aníbal, Roma siguió conquistando territorios y se convirtió en el imperio que adoptó la fé católica vigente hasta nuestro días.
Los historiadores parecen no llegar a un acuerdo de por qué Aníbal no aprovechó el momento para consumar su victoria, de las versiones que considero más factibles está la de que para la toma de una ciudad como Roma, Aníbal necesitaría armas de asedio (como catapultas o arietes) las que evidentemente no trajo desde Hispania por su dificultad en la transportación. A fín de culminar su campaña, Aníbal requeriría el apoyo de más recursos desde Cártago, sin embargo los senadores cartagineses temerosos de la fama y el poder del que se había hecho Aníbal, no deseaban apoyarlo y potencialmente propiciar su propia caída política.
Así fue que habiendo aprendido una dolorosa lección Roma retomó las Tácticas Fabianas, evitando una confrontación directa con Aníbal durante varios años hasta que Publius Cornelius Scipio (hijo del general contra el que se enfrentó Aníbal en Trebia) invadió Cártago haciendo necesario el regreso a defender su país.
También considerado como otro de los grandes generales de la historia, el mejor conocido como Scipio el Africano se enfrentó y utilizando lo que aprendió tras varios años de estudiar a Aníbal, lo derrotó en la batalla de Zama (link a la pagina), poniendo punto final a la segunda guerra púnica, en la que Roma resultó vencedor.
Aníbal escapó a salvo de aquella batalla pero después de Zama no volvió a pelear contra Roma, despues de escapar se dedicó a dar consejo a distintos reinos mientras que Roma había formado un destacamento con el fín de apresarlo. Justo antes de que pudieran lograr su cometido, Aníbal se suicidó y evitó así caer vivo en manos de sus enemigos.
Después de varios años, la sóla mención de su nombre aún era motivo de temor para cualquier romano y muchos años pasaron hasta que pudieron superar completamente lo cerca que estuvieron de ver a Roma destruída...
Las Tácticas Fabianas como más tarde fueron conocidas, resultaron ser efectivas pero muy impopulares entre la población que deseaba dar pronto final al conflicto y expulsar al invasor. La ecuanimidad de Fabius fue tan poco apreciada, que su periodo dictatorial ya no fue renovado por el senado y como los nuevos cónsules de Roma resultaron elegidos Gaius Terentius Varron y Lucius Aemilius Paullus. Es de suponer que su plataforma política fue la de aniquilar a Aníbal y limpiar la deshonra por la que la república romana había pasado ante los ojos de la historia... Es curioso ver como a través de la historia los políticos han aprovechado las crisis para convertirlas en oportunidades.
Y esa oportunidad llegó en la primavera del año 216 a.C. en la ciudad de Cannas; aprovechando el asalto que Aníbal había hecho a un depósito de suministros en las cercanías, los nuevos cónsules marcharon en búsqueda del cartaginés. No es posible saber si Roma provocó que Aníbal se trasladara a Cannas, pero juzgaron que el campo de batalla para este tercer encuentro era inmejorable, en esta ocasión estaban situados en un amplio campo en donde no tendría oportunidad la caballería rival para esconderse y mejor aún, en esta ocasión la posición de un río cercano (el Aufidus) era tal que los romanos tenían la opción de forzar a Aníbal a maniobrar con él a su retaguardia.
Esta vez Roma estaba determinada a acabar de una vez por todas con Aníbal (después de todo este era el más importante obstáculo para ganar la guerra con Cartágo) y no hubo previsión que en esta batalla no se tomara. En esta ocasión se reunió el ejército más grande que hasta entonces se haya visto en Roma, 16 legiones (un total de aproximadamente 80,000 hombres) contra la mitad de los ejércitos de Aníbal.
A lo largo de la historia de Roma, la disposición de sus ejércitos en el campo de batalla ha evolucionado hasta alcanzar un grado de perfección que hasta nuestros días es causa de admiración; esto ha sido primordialmente el resultado de guerras que inicialmente tuvieron que librar contra ejércitos más numerosos pero menos organizados. Como lo había explicado en anteriores posts, la infantería siempre se veía acompañanada de la caballería a sus flancos pero esta se disponía principalmente en tres líneas que cuando llegado el momento de la lucha cuerpo a cuerpo, se intercambiaban en cortos periodos de tiempo con el fín de siempre tener soldados "frescos" y descansados al frente de la formación.
Una vez iniciada la batalla los centuriones (que comandaban a las legiones) hacían una señal o dejaban sonar un silbato que indicaba que los soldados de más al frente (y que recibian el impacto directo del enemigo) debían ceder su lugar a aquellos que se encontraban detrás y así buscar algo de agua y descanso hasta que fueran llamados de nuevo al frente. Adicionalmente los soldados que se encontraban en la segunda línea ocasionalmente apoyaban a sus compañeros en el frente y protegían con sus largos escudos en caso de que los enemigos se abalanzaran contra la formación; tomando como base la formación de falange griega, el despliegue de la legión romana era compacto y la unión entre sus miembros era lo que le daba su fuerza e inpenetrabilidad. Si bien los romanos no se caracterizaron por ser grandes comerciantes como los fenicios o pensadores como los griegos, se convirtieron en una de las civilizaciones más importantes de la historia occidental por la capacidad de entender la guerra desde un punto de vista científico.
Sin embargo sólo alguien como Aníbal pudo ver la debilidad en la característica formación romana, he aquí como las tropas se dispusieron el día de la batalla de Cannas:
Como parte de su estrategia para la batalla, Aníbal no dudó en mandar a su caballería (mucho más numerosa y calificada) desde el principio. Aquella conformada por hispanos y galos despachó rápidamente a la del flanco derecho romano, mientras que la númida (antigua tribu africana) contuvo a la situada a su flanco izquierdo.
La línea punteada en azul descrita en la imágen, corresponde al movimiento de la caballería gala e hispana; una vez venciendo a la caballería romana, rodeó a la infanteria hasta llegar a donde se encontraban los númidas dejandola finalmente fuera de combate.
Imagino el desagrado con el que los generales romanos contemplaron este hecho, sin embargo era tál la superioridad numérica de su infantería que no fue motivo de suficiente preocupación pensando que la batalla se pudiera inclinar a favor de Aníbal.
Si comparamos las formaciones de ambos ejércitos, la de Aníbal pareciera bastante más "fágil" que la muralla romana. Era evidente que su línea no hubiera podido hacer frente al enemigo en una confrontación directa y más aún ante la diferencia en el número de efectivos en ambos bandos.
Esta supuesta fragilidad era en realidad flexibilidad que dió a conocer a esta formación como la táctica de Cannas.
Fuente Wikipedia
Fue precisamente la confianza de los romanos en su superiordad numérica la que los invitó a avanzar sobre la formación de Aníbal, conforme estas tomaban terreno, las líneas carteginesas iban retrocediendo cada vez más hasta que la disposición de los ejercitos llegó a encontrarse como lo muestra la siguiente imágen:
Aunque retrocedía, la línea de Aníbal nunca se rompio sino que se fue flexionando poco a poco al grado de contener, como si de una vasija se tratáse, al ejército romano. Llegó el punto en donde las líneas romanas se encontraban tan apretadas dentro de la trampa, que no era posible para los soldados desenvainar sus espadas y menos protegerse con sus escudos. Únicamente aquellos en el frente erán capaces de ofrecer algún tipo de pelea pero sus compañeros en la retaguardia más que prestar valiosa ayuda, se convirtieron en mortal obstáculo que impedía la retirada. Aníbal había encontrado la manera de volver a la famosa formación romana en su contra. Las caballerías hispanas, galas y númidas restantes se encargaron de cerrar la vasija que se había formado, aniquilando a todo lo que había quedado dentro de ella.
Aproximadamente 70,000 soldados romanos murieron ese día, siendo una de las derrotas más catastróficas de Roma y por mucho la más significativa. Cannas representa el ejemplo histórico de la estrategia sobre la fuerza que ha sido el modelo a seguir por otros generales a través de la historia...
Pocos personajes en la historia pudieron haber definido tanto nuestro presente como en el caso de Aníbal Barca. Después de la derrota en Cannas, el paso lógico del cartaginés hubiera sido marchar sobre Roma, tomarla y quizás acabar con ella; el mundo occidental es lo que es hoy debido a este hecho no sucedió. Muchos años después de Aníbal, Roma siguió conquistando territorios y se convirtió en el imperio que adoptó la fé católica vigente hasta nuestro días.
Los historiadores parecen no llegar a un acuerdo de por qué Aníbal no aprovechó el momento para consumar su victoria, de las versiones que considero más factibles está la de que para la toma de una ciudad como Roma, Aníbal necesitaría armas de asedio (como catapultas o arietes) las que evidentemente no trajo desde Hispania por su dificultad en la transportación. A fín de culminar su campaña, Aníbal requeriría el apoyo de más recursos desde Cártago, sin embargo los senadores cartagineses temerosos de la fama y el poder del que se había hecho Aníbal, no deseaban apoyarlo y potencialmente propiciar su propia caída política.
Así fue que habiendo aprendido una dolorosa lección Roma retomó las Tácticas Fabianas, evitando una confrontación directa con Aníbal durante varios años hasta que Publius Cornelius Scipio (hijo del general contra el que se enfrentó Aníbal en Trebia) invadió Cártago haciendo necesario el regreso a defender su país.
También considerado como otro de los grandes generales de la historia, el mejor conocido como Scipio el Africano se enfrentó y utilizando lo que aprendió tras varios años de estudiar a Aníbal, lo derrotó en la batalla de Zama (link a la pagina), poniendo punto final a la segunda guerra púnica, en la que Roma resultó vencedor.
Aníbal escapó a salvo de aquella batalla pero después de Zama no volvió a pelear contra Roma, despues de escapar se dedicó a dar consejo a distintos reinos mientras que Roma había formado un destacamento con el fín de apresarlo. Justo antes de que pudieran lograr su cometido, Aníbal se suicidó y evitó así caer vivo en manos de sus enemigos.
Después de varios años, la sóla mención de su nombre aún era motivo de temor para cualquier romano y muchos años pasaron hasta que pudieron superar completamente lo cerca que estuvieron de ver a Roma destruída...
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